En la expedición ansiosa de abortar el género, transitamos inevitablemente hacia el abandono de la especie. Acá estamos en la prisión de las carnes impregnadas de clasifcaciones, categorías y obligaciones invocando rituales de dolor que mengüen un tanto la tristeza impotente que nos inunda estos territorios repletos de carnicerías y divisiones sexo-genéricas. Conjuramos mediante el travestismo animal maldiciones para la ganadería que devasta el Amazonas, el capitalismo sexual que rentabiliza la hinchazón de mamas de hembras mamíferas para el porno mainstream y para la industria láctea, la maternidad obligatoria y la incubación forzada de huevos, los bur- deles Bestiality y demás prisiones que prostituyen animales sometidas a la domesticación impuesta.
Analú Laferal y Val Trujillo R en Parole de Queer